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Con 90 años este estadounidense sigue impartiendo conferencias sobre el método con el que cambió la doma y el desbrave a nivel mundial
De esa observación nació el "Join-Up", una forma de trabajo que parte de un principio claro: el caballo debe elegir unirse al humano. En un recinto redondo, sin riendas ni castigos, el entrenador utiliza el lenguaje corporal y la presencia para establecer un diálogo. Se trata de crear un entorno en el que el animal decida acercarse y confiar. Cuando baja la cabeza, mastica u orienta una oreja, llega el momento clave: el "join-up", la unión. El caballo acepta la presencia humana sin miedo y el vínculo se establece sobre el respeto.
El método de Monty Roberts cambió la doma/desbrave a nivel mundial. Lo que antes era una lucha de voluntades se transformó en una conversación entre especies. Su filosofía se expandió rápidamente y sus demostraciones atrajeron la atención de la comunidad ecuestre internacional. La reina Isabel II de Inglaterra lo invitó a Windsor para conocer su técnica y aquel respaldo marcó el inicio de su reconocimiento global. Su libro "The Man Who Listens to Horses" vendió millones de ejemplares y consolidó su figura como pionero del entendimiento equino.
Desde su centro "Flag Is Up Farms", en California, Roberts ha formado a entrenadores y jinetes de todo el mundo. Su influencia se extiende más allá del deporte: también ha colaborado en programas de terapia asistida con caballos y en iniciativas sociales con veteranos de guerra, demostrando que los principios de confianza, empatía y comunicación no violenta trascienden las fronteras del picadero. Su mensaje es simple, pero poderoso: la confianza no se impone, se gana.
Su método también ha generado debate. Algunos profesionales señalan que el "Join-Up", aunque no recurre a la violencia física, se apoya en la presión y la retirada de estímulos, lo que consideran una forma sutil de condicionamiento. Otros defienden que, bien aplicado, el proceso refleja una comunicación natural entre especies. El debate sigue abierto, pero el aporte de Roberts a una doma más respetuosa es indiscutible.
En España, donde la Doma Clásica y la Doma Vaquera forman parte de una rica tradición ecuestre, el enfoque de Monty Roberts representa una oportunidad para evolucionar. Se trata de incorporar una mirada más empática hacia el caballo. Cada vez más centros y jinetes españoles aplican sus principios, conscientes de que un caballo que confía aprende más rápido y rinde mejor.
Con 90 años Monty Roberts sigue impartiendo clínics y conferencias. Su legado no es sólo un método de doma, sino una forma de entender la vida. El californiano enseña que el liderazgo no nace de la autoridad, sino del respeto. La clave es detenerse, observar, comprender y confiar.
