Con un linaje que se remonta al siglo XIII, esta raza originaria de los Países Bajos destaca por su imponente presencia, carácter equilibrado y alto valor en el mercado ecuestre
Con un linaje que se remonta al siglo XIII, el frisón ha evolucionado gracias a generaciones de crianza especializada. De acuerdo con la marca inglesa Strathorn Farm, dedicada a la cría y venta de caballos de carrera, estos animales fueron altamente valorados en el pasado por su fuerza en el campo de batalla. Hoy, esa fortaleza física se combina con una elegancia natural que los convierte en favoritos para la doma clásica y el tiro.
Más allá del físico, su temperamento equilibrado y su disposición para el trabajo también han sido claves en su popularidad. Según registros, los precios por un frisón pueden comenzar en 5 mil dólares (4.600 euros) y alcanzar los 40 mil dólares (36.800 euros) o más si se trata de un ejemplar con entrenamiento avanzado o potencial reproductivo.
El caballo frisón es considerado una joya dentro del mundo equino. Se trata de la única raza autóctona de los Países Bajos y su origen está ligado a una antigua estirpe de caballos que alguna vez recorrió buena parte de Europa occidental. Su supervivencia ha sido posible gracias al esfuerzo de criadores y aficionados que han trabajado para mantener sus líneas puras, incluso en momentos en que estuvo cerca de desaparecer
Visualmente, el frisón se reconoce de inmediato por su pelaje negro brillante, una seña distintiva que lo acompaña junto con su crin y cola largas, y el abundante pelo en las patas, similar al de la raza Shire. Aunque en otros tiempos existieron frisones de colores bayo o gris, hoy en día el negro es el único color oficialmente aceptado, con la excepción de una pequeña estrella blanca en la frente.
Su participación en espectáculos con arneses es una de las actividades más representativas. La Friesian Horse Association of North America explica que estas exhibiciones buscan resaltar la energía y equilibrio del animal: “El caballo debe estar equilibrado en un trote rápido y enérgico, con amplitud en los hombros y potencia en los cuartos traseros”. Para estas presentaciones, se emplean carruajes tradicionales como el “sjees”, así como carros de espectáculo de cuatro ruedas, cada vez más populares.
Pero su uso no se limita a los escenarios. El frisón ha encontrado también un lugar en la conducción recreativa y de competición, donde se ha vuelto una opción apreciada tanto por aficionados como por quienes buscan desarrollar habilidades técnicas. Además, su disposición, inteligencia y voluntad para aprender lo convierten en un caballo ideal para la doma clásica, tanto en competencias como en actividades de ocio.
La clasificación de las razas equinas responde a múltiples criterios que permiten entender mejor su origen, función y morfología. De acuerdo con el Instituto Internacional de Ciencias Deportivas, las razas de equinos pueden agruparse en función de su origen geográfico, uso principal, características físicas y temperamento.
Clasificación por uso
Uno de los criterios más comunes para clasificar a los caballos es su función. Según el Instituto, existen tres grandes grupos: sangre caliente, sangre fría y sangre templada.
Los equinos de sangre caliente se crían principalmente para actividades deportivas y de alto rendimiento, como la doma clásica y el salto de obstáculos. En contraste, los de sangre fría destacan por su fuerza y resistencia, y suelen emplearse en labores agrícolas o de tiro. Finalmente, los caballos de sangre templada combinan características de ambos grupos, lo que los hace versátiles y aptos tanto para el trabajo de campo como para disciplinas ecuestres.