martes, 15 de agosto de 2023

MÁLAGA. FERIA TAURINA DE 2023. CORRIDA DE REJONES. ANDY CARTAGENA Y GUILLERMO HERMOSO SALEN POR LA INMERECIDA PUERTA GRANDE DE LA MALAGUETA.

 



De grana Guillermo. De gris oscuro Ferrer. De gris claro Andy.


 Fotografías y texto. Por Agustín Hervás.

Por deferencia de Francisco Picornell que me regaló su ecuestre entrada asistí a La Malagueta a presenciar el bodrio de festejo, populachero y denigrante que se ofreció ayer en su feria taurina. Hacía varios años, quizás muchos, que no pisaba este coso taurino que para mí significa el templo del toreo del sur de Europa y que los sanguinolentos taurinos (algunos aficionados que se dicen taurinos, ellos sabrán, comulgan con las corruptelas taurinas) han maltratado hasta su extinta dignidad.

Pablo Hermoso de Mendoza vino a dignificar las corridas de rejones y lo de ayer en Málaga fue una indignidad. Un retroceso a las viejas formulas del caballazo y los sanguinolentos floreros encima de los lomos de los toros.

He dicho y defiendo que la integridad del toro es lo primero que hay que defender en la fiesta brava, y los taurinos y profesionales se encargan de falsearla.

Que salieran por la puerta grande Cartagena y el hijo de Hermoso, ayer, lo único que quiere decir es que el presidente cumple políticamente con lo correcto. No lo conozco. NO pregunté su nombre, No me interesa. Me interesa la dignidad de La Malagueta y ayer la presidencia fue connivente de un fraude a la historia del rejoneo concediendo orejas pueblerinas.

Dos notas antes de empezar la crónica: Primera. La Peña Taurina de Cártama concedió su trofeo al rejoneador Martín Ferrer por su actuación del año 22. Segunda. Los mulilleros arrastran lento. Antaño, los mulilleros arrastraban lento hasta enfrontilar la puerta de arrastre y luego tomaban su carrerita hasta desaparecer por el patio del desolladero.

Al lío:

Andy Cartagena echó por delante el toro de Pallarés. Sin fuerzas. Culipollo y parado. Le puso 10 palitroques en los lomos. Cartagena creía que estaba en la plaza de su apellido, y el toro maltratado, exánime y mortecino se echó antes de entrar a matar. ¡Tanto palitroque para nada! pues la faena solo fue discreta y solo interesó por los dos caballos (de exuberantes crines largas, uno, y el otro un Apaloosa) que sacó para mostrar el catálogo circense de su cuadra.


Andy Cartagena.

Confieso que tenía ganas de volver a ver a este rejoneador para convencerme de que su oficio debía contar entre los mejores del momento, pero desgraciadamente está donde está y mejor en el circo.

El cuarto era del hierro de Benítez Cubero, un toro terciado que fue de más a menos, y que como todos los toros de la corrida se aquerenciaba en el centro del ruedo donde colocaron un montón de tierra cubierta con yeso para advertir a los rejoneadores que allí estaba la boca de riego. Ese montón de arena fue lugar de querencia. De tal guisa que en vez de embestir arreaba cuando lo sacaban de su querencia y entonces vinieron los números mayores circenses. Con un caballo levantado lo hacía caminar con las patas traseras, no a saltos, sino a pasos... hasta el infinito... y la gente loca, pero loca de verdad (un circo). Y a otro caballo le quitó el cabezal  y puso un par de banderillas, pero claro dirigido con una martingala imperceptible que llevaba en el cuello. En la locura común del público y del presidente le dieron las dos orejas y además aplaudieron a un toro aquerenciado y arreando más que embistiendo.

Guillermo Hermoso echó por delante el de Benítez Cubero ( esto es de procedencia Parladé). Desmochado, que no despuntado, que se paró y que embistió a arreones. Hizo un esfuerzo el chaval estando aseado y le largaron una orejita pueblerina.

En quinto lugar echó el de Pallarés (procedencia Santa Coloma, vía La Quita) y salió cárdeno, claro está.  Le puso Guillermo el rejón de castillo muy trasero y esto invalidó al toro que en las embestidas se arrodillaba constantemente. Con Berlín hizo las Hermosinas y pare usted de contar, le largaron dos orejas de pura plaza de carros.

Martín Ferrer, el rejoneador veleño, se las vio con el desmochado de Pallarés en primer lugar, tercero de la tarde, fallando con el primer rejón de castigo. El toro que parecía tener más viaje se dejó un poco más que los otros hasta que se vino abajo. Estuvo en general entonado el malagueño pero con el rejón de muerte estuvo de juzgado de guardia.

Con el que cerraba plaza, de Benítez Cubero, que se dejó, estuvo mal el rejoneador de Vélez. Los ijares del los caballos sanguinolentos. Las batidas a destiempo, clavando en dos tiempos, esto es con ventaja, y dejándose coger los caballos. Otra oreja de pueblo.

A ver los de la peña de Cártama a quién eligen de triunfador.

¡Aquí paz y allí gloria!