Información de Lyly Forado
A principios de los años 80, es cuando el P.R.E empezó a introducirse en la Doma Clásica. En aquellos entonces, el ballet ecuestre estaba liderado por el caballo centro europeo, donde poca gente apostaba por el caballo ibérico.
Evento abrió las puertas a un sueño que traspasó fronteras internacionales. Su excelente ejecución en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 puso en evidencia la exposición mundial del P.R.E. De la mano de Ignacio Rambla, el hijo de Leviton brilló con luz propia en el evento deportivo más importante del mundo. Su actuación en la final fue un preámbulo de los grandes momentos que estaban por llegar, donde una vez más el P.R.E amplió horizontes formando parte de la élite internacional.
En dicha cita olímpica estuvo también Invasor, hijo de Pandero VII. El ejemplar tordo fue uno de los ejemplares más importantes del Pura Raza Española en términos de Doma Clásica en la década de los 90 y principios de la era 2000. Bajo las riendas del ilustre jinete Rafael Soto, Invasor y él cabalgaron por una infinidad de cuadrilongos internacionales derrochante arte. Dicho binomio estuvo presente en tres Juegos Olímpicos; Atlanta 1996, Sydney 2000 y Atenas 2004.
En Atenas 2004, España ocupó un puesto muy privilegiado en la tabla de clasificación, ya que ni más ni menos, Beatriz Ferrer-Salat con Beauvalais, Ignacio Rambla con Oleaje, Rafael Soto con Invasor y Juan Antonio Jiménez con Guizo obtuvieron la medalla de plata. Una vez finalizadas las pruebas por equipos, y las individuales, se dio paso a las pruebas musicales.
Ignacio Rambla montando al P.R.E Oleaje supo continuar el legado de Evento. Más tarde llegó el turno de Rafael Soto e Invasor. Bajo unos acordes de música española compuesta por Michael Erdmann, el binomio jerezano alcanzó la gloria realizando una de sus mejores pruebas. Con una entrada soberbia en passage, los ejercicios fluían perfectamente con la música. Rafael Soto encadenó un ejercicio tras otro con gran precisión, cuya combinación con la música resultó ser maravillosa que le valió la octava posición individual.
Ya en el siguiente ciclo olímpico en Beijín 2008, entró en escena Fuego de Cárdenas bajo las riendas de Juan Manuel Muñoz donde se quedaron a las puertas de la prueba musical. Cuatro años después, en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, el caballo ibérico cabalgó con fuerza con dos ejemplares: Fuego De Cárdenas y Grandioso III montado por José Daniel Martin Dockx.
Con la celebración de Rio 2016, se cumplieron 20 años desde la primera vez que un P.R.E representaba a España en la Doma Clásica. Grandioso III culminó su gran carrera deportiva en el mejor escenario del mundo los Juegos Olímpicos de RIO2016.
Los objetivos de los años ochenta sobre el papel estandarte del P.R.E en el deporte se cumplieron con creces. Los ejemplares olímpicos Evento, Oleaje e Invasor debutaron en los cuadrilongos internacionales dejando boquiabiertos a muchos, y un gratísimo recuerdo en la afición. Dicha generación de caballos empezó a codearse entre las mejores posiciones en los años 90 y 2000.
Unos años después, la tónica se mantuvo y tomaron el relevo Fuego de Cárdenas y Grandioso III. Pero, ¿qué ocurrió luego? Desde 2016 que el equipo olímpico español no contaba con un P.R.E . Como bien es sabido, el deporte cuenta con etapas cíclicas, salen nuevas promesas y se retiran grandes estrellas.
Tokyo 2020 fue un ciclo olímpico sin ejemplares P.R.E, pero los Juegos Olímpicos de Paris 2024 contará de nuevo con la presencia de Malagueño LXXXIII.
P.R.E: Un Legado Olímpico que Vuelve a Brillar en París 2024
El recorrido del caballo Pura Raza Española (P.R.E) en la Doma Clásica es una historia de perseverancia, talento y éxito. Los hitos logrados en los Juegos Olímpicos, especialmente desde Atlanta 1996 hasta Río 2016, han marcado un legado imborrable con figuras destacadas como Ignacio Rambla con Evento y Oleaje, Rafael Soto con Invasor, y la participación de Juan Manuel Muñoz con Fuego de Cárdenas y José Daniel Martin Dockx con Grandioso III.
La próxima cita olímpica en París 2024 verá el regreso de esta emblemática raza con Malagueño LXXXIII de la Yeguada Paco De Santiago. Esto no solo subraya la importancia de la crianza nacional, sino también la apuesta continua por la excelencia y la representación del P.R.E en los eventos deportivos más importantes del mundo.
En conclusión, el caballo Pura Raza Española ha dejado una marca profunda en la historia de la Doma Clásica, demostrando que, con dedicación y esfuerzo, los sueños pueden traspasar fronteras y convertirse en realidad. Su retorno a los Juegos Olímpicos es un testimonio de su legado perdurable y de las futuras generaciones de caballos y jinetes que seguirán llevando el estandarte del P.R.E con orgullo y distinción.
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