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En este 2024, los Juegos Olímpicos sin duda representan el evento más importante del año en lo que respecta a las competencias polideportivas a nivel mundial. En esta edición, son 204 países los que se encuentran participando en la cita orbital, en los que compiten cerca de 10.500 atletas reuniendo a cada una de las delegaciones.
Isabell Werth está marcada en los libros de historia como la máxima ganadora de los Juegos Olímpicos montando sus caballos. La alemana logró todas sus medallas (8 de oro y 6 de plata) destacando en la modalidad de doma, individual y por equipos. Werth contó con dos caballos que la ayudaron a ser acreedora de estos logros: Gigolo y Satchmo, ambos de raza Hannoveriano.
La raza Hannoveriano, se ha hecho popular en los deportes debido a su carácter suave y su elegancia al moverse, que es favorable para su uso en competencias como la doma individual.
Reiner Klimke tiene el segundo puesto como el jinete más ganador en la historia del deporte ecuestre en los Juegos Olímpicos. Seis medallas de oro y dos de bronce son las que posicionan al alemán en lo más alto de la tabla. Su palmarés no podría ser tan destacado sin la ayuda y capacidad de su caballo Westfaliano, Ahlerich.
Se consideran unos caballos fáciles para el adiestramiento, su carácter no es fuerte y su comportamiento también es delicado. Su altura se encuentra entre los 155 y 168 centímetros, una estatura promedio que lo hace ideal para su uso en competencias deportivas como el salto de obstáculos.
Hans Winkler se ubica en el tercer puesto, habiendo obtenido siete medallas (cinco de oro, una de plata y una de bronce) entre 1956 y 1976. Esto lo hizo acompañado de su corcel Halla, de raza Holsteiner. Este grupo también aparece en el quinto puesto de la tabla, con otro alemán, Michael Jung y sus caballos Hans y Chipmunk.
La raza Holsteiner es la más exitosa y la más deseada dentro del deporte ecuestre, pues la cantidad de medallas la preceden. Estos equinos de sangre templada tienen una gran altura, logrando hasta 175 centímetros en su medida. Tienen un cuerpo musculoso que les da una excelente resistencia en el deporte de equinos.
Dejando a un lado a los jinetes alemanes, Charles Pahud de Mortanges estuvo en competencia desde 1924 hasta 1932, años que le permitieron ganar cuatro medallas de oro y una plateada en los Juegos Olímpicos. Estas hazañas las logró con la compañía de Madel, el Freiberger que lo acompañó en su carrera deportiva por ocho años seguidos sin descanso.
La raza Freiberger se ha destacado en su historia por ser una de las más fuertes especies equinas de sangre fría. A pesar de su lomo fuerte, el peso de estos cuadrúpedos es realmente ligero, cosa que ayuda mucho para su buen desempeño en la equitación. Los animales pesan entre 550 y 650 kilos, con una altura de 155 centímetros.
Para René López, jinete participante en los Juegos Olímpicos de París 2024, es fundamental que se tengan caballos de mucha sangre, con un ojo bien abierto y que reflejen inteligencia al momento de tener sus respectivas pruebas.
Ahora bien, hablando sobre la capacidad que tienen los caballos europeos, para López es evidente la diferencia que estos tienen comparados a los caballos criollos. “El caballo criollo no está apropiado para el deporte, los caballos europeos tienen líneas maternales muy conocidas y reconocidas. Los productores de caballo criollo se enfocan más para un divertimiento”, afirmó el jinete olímpico. Esta es una visión con toda la experiencia.
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