miércoles, 13 de febrero de 2008

INSTINTO DE CONSERVACION

En el patio he cambiado la mesa de lugar. Fue necesario porque Cazán, mi perro nevado, también cambió de habitaculo. La conservación de unos pollos de corral así lo hizo necesario. Letrada como todos los días salió a beber a la acequia. Cada vez que se acerca al algua tiembla. A veces pienso que de no ser por la sed, nunca se acercaría a ella. Luego cuando toma confianza ya se relaja y si la acaricio, más. Sin embargo cuando vuelve al punto de amarre, mientras preparo las cuadras y el pienso, vuelve a mosquearse y lo hace de forma tan fea que comienza a tirar, tensa el ramal del cabezon y temo que se desnuque. Será cosa de simular que está amarrada hasta que se tranquilice. Hoy el motivo del mosqueo es el haber cambiado la mesa del patio de lugar. Esta potra está pendiente de todo y de todo se da cuenta. Graba en su memoria, los objetos que ve y cualquier variación de los mismos la predispone al estrés. Aunque a veces le regaño por las reacciones tan desaforadas, me consta que comprende mejor con caricias y con el desengaño de que esos objetos no la harán daño. En abril cumplirá los cuatro años. Debe ser instinto de conservación.