VALORACION DEL CABALLO HISPANO ÁRABE, por Juan Manuel López.
Nuestro caballo es ortoide es decir su perfil es de tronco recto, eumétrico, que está entre los 350 y 450 kilos, y mesomorfo que tiene de I.C. entre 80 y 90, en forma de mesa. No es un caballo precoz, es tardío, aunque se permite valorar con tres años cumplidos, no es la edad ideal.
Son caballos esbeltos, armónicos y airosos, fuertes y de cruces destacadas y hacia atrás, nunca en forma de hacha.
La cabeza debe ser proporcionada desde los ojos a los ollares, la distancia entre las orejas y el ojo debe ser un tercio de toda la cabeza, midiendo en conjunto tres tercios. Ojos grandes y bien insertados para reducir las zonas oscuras, ollares grandes para introducir aire bastante en los pulmones.
Los cuellos no serán cortos, del revés y de nacimiento bajo.
El tronco tendrá entre 20 y 25º desde la cola y proyección de la grupa. Las costillas arqueadas, el pecho profundo, el vientre recogido y no demasiado agalgado
Las extremidades deben estar perfectamente aplomadas según lo visto para la generalidad de los caballos, pero además en el Há hay que tener en cuenta las rodillas y los menudillos, la primera ancha como de 30, la segunda grande, la caña de 21 y se observará el casco, muy flojo en la raza.
Entre los aspectos funcionales están el que sea equilibrado sicológicamente, que tenga corazón y durabilidad en el esfuerzo.
Debe haber paralelismo entre la línea dorso lumbar, la meso central (nalga – espalda) y la que marca el corvejón y la rodilla.
Aquí calificaremos la armonía, los aplomos, y los movimientos, el resto de la conformación para el detalle.
Para un Registro Auxiliar de yeguas veremos la armonía, mediremos el pecho, el tórax, la longitud, la caña, la rodilla, la alzada y los movimientos, el resto de la conformación orientativa para el ganadero
En los caballos para el RA ser más exigentes en la puntuación.
Para el Registro Principal tener en cuenta la diferencia entre machos y hembras.
Cuando el caballo entra en pista nos debe dar una impresión armónica de que aquello sea Há. Tomamos medidas con el bastón, del pecho, del tórax, de la alzada, de la longitud, de las cañas, de las rodillas y del espacio interpectoral. Vemos la cabeza, el cuello, el tercio anterior, el medio y el posterior, con máxima importancia a los aplomos, confirmamos o desestimamos la armonía y lo vemos al paso que debe ser cadencial, temporal, a la huella. Al trote que tenga la suspensión prolongada, la mano por delante de la rodilla, la flexión del corvejón. Al galope la posición de la cabeza y el corvejón a la masa.