NOTICIA DE EL NORTE DE CASTILLA.
A lomos de Dubái, Jonatan Guerra Rico, natal de Nava del Rey, se alzaba con el primer premio en la categoría de caballos domados de la IV Copa Diputación de Doma Vaquera celebrada el pasado 6 de julio en la localidad de Cigales. Durante el primer fin de semana del mes de julio, el Espacio Multiusos Camino de la Dehesa congregaba a decenas de jinetes dispuestos a clasificarse entre los primeros puestos. «Había bastante nivel, éramos unos once caballos en la prueba grande», asegura el navarrés; quien tampoco se esperaba ganar en esta cita. «Normalmente trabajo concurso a concurso en sacar el resultado óptimo y el máximo posible», añade. Y así fue, pues Guerra se hizo con una puntuación de un 74,595%.
«Fue un poco difícil porque la climatología se puso un poco adversa», detalla. Y es que, se alcanzaron rachas de hasta 37 km/h que obstaculizaron el desarrollo de la prueba. «Los caballos con viento no van igual que cuando el día está tranquilo», menciona Guerra. Pero eso no impidió que el jinete vallisoletano brillara con su hispano árabe puro de diez años. Un corcel que ha visto nacer, que ha criado y ha tenido el honor de domar. «Tiene una carácter y una transmisión especial», cerciora. Junto a él, también se proclamó campeón en el Concurso Territorial de Doma Vaquera en El Carpio, durante el mes de junio.
Pero no es su único acompañante en esta disciplina. Jonatan también monta a Ruiseñor, un hispano árabe de trece años con el que representará a Castilla y León en el Campeonato de España entre el 18 y el 20 de octubre en Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre en Jerez de la Frontera. Una clasificación que no ha sido nada fácil para el navarrés. «Ha sido muy difícil, y mucho más para la gente que somos de fuera de Andalucía», menciona. Tal y como explica, esta Comunidad Autónoma congrega el mayor número de licencias y la normativa clasificatoria es «mucho más fácil» para sus jinetes, pues al disponer de más concursos pueden acumular más puntos. «Nosotros tenemos muy pocos certámenes para coger puntos», añade.
Pero su insaciable trabajo por verse en el pódium le ha hecho encaminarse a otro nuevo reto; clasificar también a Dubái en el Nacional. Y es que, será la primera vez que compita en esta prueba, ya que se ha quedado tres años a las puertas de la final. «Llevo veintitrés años entrenando todos los días de mi vida para ello y no voy a parar hasta que no lo consiga» indica.
Si la suerte está de su lado, Guerra podría sumar algún premio a su palmarés. Un galardón que compartiría sitio junto al bronce logrado en el Campeonato de España, el bronce del Salón Internacional del Caballo de Pura Raza Española (SICAB); ambos en 2014, el oro del Campeonato de Castilla y León de Caballo Joven en 2018, y las dos platas del Campeonato de la Comunidad de Madrid de 2022 y 2023. Dos laureles logrados durante estos dos últimos años en los cuales Guerra compitió en Madrid al no estar de acuerdo con la normativa castellanoleonesa. «Estaba muy en desacuerdo con el tema de jueces, creo que el reglamento debería ser igual para todos y hay que cumplirle siempre», explica. Pero por suerte, los problemas «ya están solucionados» y Jonatan vuelve a su tierra «que es donde tenía que estar», añade.
Desde que comenzó en la doma vaquera, a los catorce años de edad, Guerra lucha por estar siempre entre los veinte mejores jinetes de toda España. Aunque su pasión siempre fue el rejoneo. Una práctica a la que le hubiera gustado dedicarse desde pequeño. Sin embargo, su familia no podía hacer frente al gasto económico que esto suponía; por ello se decantó por una disciplina más tradicional.
Guerra entrena en su propio picadero, ubicado en Nava del Rey, y en la pista municipal del ayuntamiento. «Son horas de mucho entrenamiento con muchos caballos que ya he domado, formarme con buenos profesores cuando he podido, equivocarme muchas veces, aprender de muchos errores y a solventar muchas situaciones en cuestión de segundos», detalla.
Para él, la hípica, y en este caso la doma vaquera, le aporta valores como el sacrificio, el compromiso y el respeto a uno mismo. «Hay que ser creyente de un método de trabajo y de una filosofía de vida, y ser fiel a ella», manifiesta. Desde su juicio para ser un buen jinete es necesario tener paciencia y un alto grado de autocrítica. «La paciencia es fundamental para transmitirla a los animales, y no desesperarse nunca, y la autocrítica es importante para no creerse nunca el mejor, sino para saber que hay que entrenar como si fueras el peor para ser el mejor», expresa.
A sus treinta y siete años de edad, Guerra no piensa en retirarse y aguantará hasta que la salud le permita seguir montando. Mientras continúa con sus entrenos, el navarrés ya ha comenzado a ceder su testigo a jóvenes promesas. «Por suerte tengo cuatro o cinco alumnos que están con ganas de romper un poco el hielo en las pistas y empezar a competir», señala.