martes, 1 de abril de 2014

MALTRATO ANIMAL


NOTA DE PRENSA:

El 8 de enero de 2013, la Asociación CYD Santa María llegó, junto al SEPRONA de Coín, al lugar donde estaban los caballos… Una parcela privada, con hermosas vistas y pastos donde crecía la hierba fresca. Allí, todo era silencio. Dos de los animales estaban ya muertos. Y el tercero, tan sólo esperaba… Había visto a sus dos compañeros tardar varios días en morir de hambre y sed, y sabía que él era el siguiente. No creía posible que alguien lo salvase porque él, como sus compañeros, resignado, guardaba silencio. Resulta espeluznante que fuera el olor, el hedor que desprendían los cadáveres, lo que alertara a los vecinos, quienes denunciaron la situación ante el SEPRONA de Coín.
Hoy, un año y pocos meses más tarde, la Fiscalía de Málaga les ha devuelto la voz a los caballos. Acusa al propietario de un delito de maltrato animal y solicita una pena de diez meses de prisión y dos años de inhabilitación, para evitar que, durante ese tiempo, pueda seguir trabajando o sacando provecho económico de otros animales.

“Diez meses pueden parecer pocos para un acto tan vil y repugnante, pero la realidad es que es un gran éxito y desde la Asociación CYD Santa María queremos dar las gracias al SEPRONA y a la OCA, que nos permitieron rescatar al caballo que aún estaba vivo, y felicitar a la Fiscalía por su decisión. Estoy convencida de que ahora mismo, en Andalucía, hay varios dueños de caballos levantándose de sus cómodos sofás y corriendo hacia donde están sus caballos, porque si éstos mueren, ya saben que ellos pueden acabar con sus huesos en la cárcel”, explica con seguridad Concordia Márquez, presidenta de la Asociación CYD Santa María.
En 2010, la Asociación CYD Santa María fue requerida por el Consejo de Estado de Madrid para que, con su experiencia, se pudieran ampliar los derechos de los equinos y se consiguió. El caballo dejó de ser un animal de renta para ser considerado un animal doméstico de compañía, lo que permite acudir al código penal y solicitar penas de cárcel para todos los que les roban la voz y la dignidad a los caballos.