martes, 7 de enero de 2025

El sueño y el descanso de un caballo

DE CONTEXTOGANADERO.COM

Los caballos son animales fascinantes, pues son mucho más que animales de trabajo o transporte. El descanso es fundamental para su rendimiento.

 Desde los tiempos antiguos, los caballos han desempeñado un papel clave en la vida de los humanos. Su imponente presencia y carácter noble han inspirado admiración y pasión en quienes los observan, ya sea en campos abiertos o en los escenarios de competencias ecuestres. Pero más allá de esto, los caballos poseen particularidades únicas como su curiosa forma de dormir. 

Uno de los aspectos más intrigantes de la biología equina es su forma de descansar. A diferencia de otros animales, los caballos poseen un mecanismo anatómico único llamado aparato de estancia pasiva, que les permite dormir de pie.

Este sistema bloquea las articulaciones de sus patas traseras sin necesidad de esfuerzo muscular, permitiendo que descansen ligeros períodos mientras permanecen listos para reaccionar en caso de peligro. Este mecanismo es especialmente útil para un animal que, en estado salvaje, debe estar siempre alerta.

La bióloga María L. Thomann, explica para el portal La Nación, que para alcanzar la fase más reparadora del suelo, conocida como fase REM, los caballos necesitan tumbarse. Durante esta fase, sus músculos se relajan completamente, y se consolidan las memorias mientras se produce la recuperación física y mental.

Este dato es particularmente interesante, ya que demuestra la importancia de proporcionarles un entorno seguro donde puedan recostarse con confianza. (Lea en CONtexto ganadero¿Tiene caballos en su finca? Conozca estos cuidados básicos)

A diferencia de los humanos, los caballos tienen un ciclo de sueño polifásico, lo que significa que distribuyen su descanso en múltiples períodos breves a lo largo del día y la noche. En total, duermen entre tres y cinco horas diarias, de las cuales solo 10 a 40 minutos corresponden a la fase REM. Este ciclo se divide en tres etapas principales:

  • Somnolencia ligera: Dura hasta 30 minutos y ocurre principalmente de pie. En esta etapa, el caballos está relajado pero alerta a su entorno.
  • Sueño profundo no REM: Disminuye la actividad cerebral y muscular. Puede darse tanto de pie como tumbado.
  • Sueño REM: Fase corta pero esencial que solo sucede cuando están tumbados, permitiendo la recuperación mental.

El tiempo y la calidad del suelo de los caballos pueden variar según su edad, entorno y estado de salud. La bióloga Thomann, asegura que por ejemplo, los potrillos necesitan más horas de sueño que los adultos, mientras que los caballos en entornos seguros se tumban con mayor frecuencia para entrar en fases profundas del sueño. En contraste, el estrés, el dolor o un entorno hostil, pueden reducir su descanso, afectando su bienestar.

Proveerles un espacio adecuado para descansar, ya sea en libertad o bajo cuidado humano, es fundamental para su salud física y mental. Esto incluye áreas amplias, cómodas y seguras donde puedan tumbarse sin temor.