jueves, 29 de julio de 2010

JORNADAS DEL CABALLO HISPANO ÁRABE 2010


La Unión Española de Ganaderos de Pura Raza Hispano-árabe (UEGHá) organiza las ya tradicionales IX Jornadas Nacionales del Caballo Hispano-árabe, en el incomparable marco del Centro Militar de Cría Caballar de Écija los días 10 y 11 de Septiembre. Se desarrollará un amplio programa de actividades, entre las que destacan el Concurso Morfológico de la Raza Hispano-árabe, la Fase Final de las Pruebas de Selección de Caballos Jóvenes en la disciplina de Doma Vaquera, y la Valoración de Reproductores de la raza. Con estas Jornadas Nacionales del Caballo Hispano-árabe, Concurso cumbre de nuestra raza, la UEGHá culmina el calendario de certámenes ganaderos y pondrá broche final a una temporada llena de éxitos tanto en calidad como cantidad de nuestros ejemplares, esperando superar en esta edición los más de 60 ejemplares que se dieron cita el año pasado. Solo nos queda animar a todos los socios, simpatizantes y ganaderos en general, a que participen de este evento tal y como vienen haciendo cada vez que se les convoca, y que disfruten de una jornada de convivencia con nuestro Pura Raza Hispano-árabe como telón de fondo a una temporada 2.010 que finaliza. Un fuerte abrazo.

Javier Fernández Álvarez
Director del Libro GenealógicoUnión Española de Ganaderos de Pura Raza Hispano-árabe.C/ Rector Candil, 2. Blq. 3 - 4º F41013 - SevillaTlf.: 954 421 263 Fax: 954 421 772http://www.caballohispanoarabe.com/

sábado, 24 de julio de 2010

CUENTOS A CABALLO: La tortuga herida.

Kazán busca la tortuga
Por el curso del rio
Las yeguas del tuerto
El rincón de la tortuga
La orilla de las tortugas
"Allí embalsada le cubria por completo..."

LA TORTUGA HERIDA
Por Agustín Hervás

Aquella mañana hacía calor. Letrada y yo, habíamos establecido un pacto. Nos dábamos un paseíto corto, sin bulla, para que la torridez del astro rey no nos quemara la sangre. Encaramos nuestra marcha hacia el sur, por la rivera del río, así, por la orilla, la sensación de calor sería menor y el ruido del agua nos sensibilizaría de frescor. Mi perro blanco aprovechaba cualquier oportunidad para zambullirse en el cauce y husmeaba las orillas en busca de olores que alimentaran su memoria y quizás sus recuerdos.
A veces el transito del río se hace abrupto. Letrada, que guarda en su memoria cualquiera de los recovecos del curso, los sortea con pericia. Otras veces, como si se distrajera de sus pensamientos tropieza en una piedra cuya altura no ha medido, o mete la pata en un socavón incontrolado. Es lista la yegua, cuando esto ocurre, al modo de cómo nos ocurre a las personas que cuando ensimismados nos tropezamos, y a nosotros mismos nos parece ridículo y nos sonreímos con nuestra propia torpeza, Letrada me mira, con un expresivo gesto de sus orejas, como diciendo "a ver si este se ríe de mi". Yo muchas veces ni le hago caso. Alguna vez sí le hablo para que esté atenta, pues, sobre todo cuando pasamos por cortados, cualquier despiste puede ser peligroso para los dos.
En estas estábamos cuando Kazán encontró un magnifico recoveco de piedras hacia las que mansamente llegaba el agua. Allí embalsada le cubría por completo y el perro blanco gozaba con sus chapoteos, de repente, casi sin advertirlo, algo resbaló cayendo al agua. Letrada miró, Kazán miro hacia el lugar del chapoteo y yo miré para dónde ellos miraban. El agua cristalina permitía ver la tortuga, que importunada en su siesta de deliciosos rayos de sol, decidió refugiarse en el agua creyendo estar a salvo de los depredadores que la acechaban. Kazán intentó darle caza, pero se dio cuenta de que en el medio agua su perspicacia, su fuerza y su destreza perdían intensidad. La tortuga ganaba, mi perro perdía. Así es la vida, intentaba explicarle al can ante su impotencia y triste mirada. Nos quedamos a observar un rato acechantes por si la pareja aún estuviera entre las piedras, o ella, pasado el susto decidiera asomar la cabeza.
Letrada se ponía nerviosa, Kazán no dejaba de molestar el agua, por consiguiente decidí continuar el paseo.
Río abajo camino nos topamos con las yeguas del tuerto, tres ejemplares magníficos que echaban la tarde en sus conversaciones, bajo las sombras de los eucaliptos.
En realidad, después de pararnos un buen rato junto al corral de las yeguas, en el cual Letrada también se unió a las conversaciones equinas, Kazán que estaba recostado sobre hojas secas, de un salto volvió al rincón de la tortuga. Me llamó la atención la reacción del perro e interrumpiendo la conversación Letrada y yo nos fuimos en su busca. Cuando llegamos Kazán tenia entre sus fauces a la tortuga. Muerta de miedo, tenia la cabeza, la cola y las patas, recogidas en su caparazón, sabedora de tanta vulnerabilidad ante la potencia de aquellas fauces que la oprimían y de aquellos terroríficos colmillos amenazantes. Sin embargo me llamó la atención que una de las patas traseras no estuviera dentro de su refugio. Kazán esperaba ordenes echado sobre la fina arena de la orilla. Desmonté y el perro soltó a su presa que inmovilizada por el miedo no hizo por huir. Cuando estuve cerca vi que la pata que tenia fuera, sangraba. Lo primero que pensé fue que Kazán, en su ímpetu, quizás le había mordido, y lo miré enojado, bajó la mirada como niño bueno diciéndome que no había sido, y efectivamente llevaba razón, la herida sangraba levemente a causa de un cristal clavado en ella. Tomé la tortuga entre mis manos y cuidadosamente retiré el objeto que hería la pata, que viéndose liberada del dolor se ubicó por fin en su hueco del caparazón. Por suerte la incisión no había sido muy profunda y consideré que o era necesario desinfección. Nada pues que no pudiera curar su propio organismo y la naturaleza.
Ante la curiosa mirada de Kazán, devolví la tortuga al río. Enfrente, en la otra orilla burbujeaba el agua. La otra tortuga esperaba con ansiedad que su pareja volviera, sana y salva.
No es el cristal, objeto propio de un río. Los desalmados humanos que allí los depositan incurren en pecado contra la naturaleza.

WISKY SALE AL CAMPO

En realidad Wisky es la tercera vez que sale al campo. Anteriormente lo había hecho con la madre en un par de ocasiones en rutas cortitas atendiendo a su edad. Ya tiene 9 meses, y ha sido a esa edad el destete de su madre Luna
Nada traumático. En la cuadra se quedó tan campante al amparo de la otra yegua, Letrada, mientras la madre se quedaba en otra parcela, eso sí, un poco más inquieta. En verdad ya era necesario su separación porque Luna parirá en septiembre otro producto del mismo padre que Wisky, Balear.
Kazán y Wisky miran el camino de vuelta a la cuadra.
Ambos se refrescan en el atardecer del río Real

martes, 6 de julio de 2010

EL TOREO ANTIGUO



EL TOREO ANTIGUO
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Fermín Bohórquez, caballero en plaza, revivió el toreo antiguo a caballo, ese toreo que hacía su padre en sus mejores temporadas, aquel que hizo Álvaro Domecq y Diez con la sin par Espléndida y al que llegaron los hermanos Peralta y Alvarito. Ese toreo de antes de la transición, si por transición entendemos las modificaciones de Javier Buendía, Manuel Vidrie, y la irrupción en España del toreo portugués con Lupi y sobre todo Joao Moura. En la época del dominio Hermoso de Mendoza con un estilo que marca época y crea escuela, Fermín, ese caballero que sigue montando en sillas vaqueras, y utilizando, cuando el caballo lo pide, bocados vaqueros, sin martingalas ni trucos, con una exquisita y clásica monta, vino a recordar, en casa de Pablo, cómo se toreaba antiguamente a caballo. Fue en el cuarto, un toro de su hierro, bueno, con viaje, al que tomaba de lejos unas veces y en la media distancia otras para con Bohemio cuartear desde dentro haciendo ese imprescindible arco que traza la trayectoria del caballo y esa flecha que supone la embestida del toro hacia el centro, hacia el estribo. Seguramente no se merecía las dos orejas pues la emoción la puso más el caballero que el toro, pero el oficio y el conocimiento de los terrenos que implica resucitar esa clase de toreo, bien valen un premio y sobre todo bien vale una reflexión para los rejoneadores en activo que podrían introducir ciertos aspectos de este toreo en sus actuaciones, aunque sea para que nadie les mande llamar imitadores de nadie. No pasó el de Jerez de aseado en el que abría plaza también un buen toro pero con menos recorrido.

Pablo Hermoso de Mendoza cuajó una buena actuación en su primero, segundo de la tarde, con más toreo superficial que fundamental, por aquello de las batidas, de los cites sin armar, en definitiva torear sin clavar, pero con puestas en escena bonitas y elegantes. Chenel que tuvo una tarde cumbre tuvo la valentía de dejar llegar los pitones a sus pechos en un cite de frente antes de clavar la segunda banderilla. Con Ícaro dejo llegar mucho al toro y además le dio un bodito en la oreja. Esa manía circense impuesta por Ventura demerita el oficio del primer rejoneador del mundo. Con este caballo el piafé fue sensacional. En el quinto toro Silveti después de pasar en falso dos veces no tuvo mas remedio que esperar con pasmosa tranquilidad a que el toro se metiera en jurisdicción batiendo muy bien. Patanegra, el potro cogido en Madrid el año 2009 aparatosamente, estuvo entregado y sin aparentes nervios. Esto en un caballo es un milagro y en un jinete como Pablo es de cátedra en hipoterapia.

Sergio Galán es un rejoneador que no suena lo que debiera pues no le dan lo que necesita, que es plazas y de importancia. Galán tiene una cuadra bien preparada y realiza un toreo elegante y clásico, con aditamentos de la escuela pamplonica pero llenos de precisión y entrega, ejemplos de su cuadra Vidrié y Apolo. No es que haya sido una tarde redonda para el rejoneador conquense pero suficientemente aseada.

La presidencia demasiado generosa en la concesión de trofeos y sin criterio. Sacó un pañuelo azul para darle la vuelta al ruedo al segundo toro, y nadie le hizo caso. Un flagrante caso de falta de autoridad, aunque el toro no se la mereciera.

Los toros de Fermín Bohórquez, desmochados y desigualmente presentados. Bueno el primero, el segundo más templado, tercero descastado, cuarto bueno con viaje, el mejor del encierro. Quinto sin fuerza pero se deja. Sexto con pies, interesante.

¡Aquí paz y allí gloria!

FICHA:
San Fermín 2010. Una vuelta que no se dio.
Toros para rejones de Fermín Bohórquez, al segundo se le debió dar la vuelta al ruedo. En general se dejaron a buenos. Fermín Bohórquez, pinchazo y rejón contrario y bajo, ovación. Pasada en falso y rejón bueno, dos orejas; Hermoso de Mendoza, rejón retranqueado, dos orejas. Varios pinchazos y un rejón defectuoso, ovación; Sergio Galán, uno bueno, oreja. Buen rejón de muerte, dos orejas.