CHIRI se llamaba una yegua castaña que tuve desde enero del año 2000. Tenía las crines y la densa cola de color negro y aunque tenía una alzada normal, tenía un paso ágil y equilibrado. Con temperamento, solo estaba echada "palante", que es como en el argot se dice a los caballos que no tienen doma, solo se les pone para montarlos, y basta.
Chiri tenía un pajazo en el ojo derecho que no le impedía ver pero que le afeaba la cara.
Era noble, se dejaba sin aspavientos toquetear y manejar a placer.
Se la compré a Antonio Portales el día 2 de enero del año 2000.
Según me contó Antonio la yegua era de dos socios. A uno de ellos lo metieron en la cárcel y el otro llegó a un acuerdo con Antonio de cederle la yegua a cuenta delo que se debía de alquiler de cuadra y manutención.
Esta yegua estuvo un tiempo en la parcela de mi amigo Juan el albañil, de los Manchones, y luego la trasladé a la parcela de Ojén donde murió a los 20 días de estar allí, un 10 de agosto del año 2000. La parcela tenía un bancal lleno de cañotas y el animal se las comió, supuso el veterinario que debió morir de un cólico.