La yegua se la compré a Antonio Portales en marzo de 1999. De capa atruchada, con 17 años de edad, de raza española sin inscribir en el PRE.
La yegua era noble, tranquila, dócil y obediente. La compré para que la montaran mi hijo y mi mujer y me acompañaran en mis paseos con Marqués, y por ver si podía aficionarlos al mundo del caballo.
La yegua llegó a montarla mi padre pocos meses antes de su muerte, y mi tío Agustín, hermano de mi padre. Era un animal extraordinario.
Esta yegua acompañó a Marqués a la parcela de Los Manchones cuando nos fuimos de la cuadra de Portales.
En realidad la cuadra no era de Antonio Portales sino de Paco el telefonista, pero Antonio se la arrendó.
Antes de irnos Antonio me dijo que la yegua iba preñada de un caballo de la cuadra que se llamaba Unicornio y que pertenecía a Annina Tea Usmma, una pintora finlandesa que montaba allí. Este caballo era de raza española de la estirpe de los Terry, tordo rodado de crines y patas agrisadas. El nombre de Unicornio era por una verruga en forma de cuerno que tenía en una oreja.
La yegua nunca quedó preñada o en cualquier caso según la opinión de Ángel Hormigo que le había hecho una ecografía y que confirmó el preñado, Flora pudo reabsorber el feto con lo que no llegó a fin de gestación, quizás por algún proceso de estrés. También pudo ser que en la ecografía lo que se viera fuera un quiste y el veterinario lo confundió con un feto.
Hay gente que opina que hay yeguas que cuando paren mulos se enmachorran y ya no admiten los caballos.
Quizás me mintiera Antonio Portales para venderme la yegua y quizás el veterinario no muy ducho en esto de ver caballos se equivocara al interpretar la ecografía.
Al veterinario Ángel Hormigo lo conocí como veterinario en corridas de toros. ¡A saber!
La yegua la cambié en una cuadra que llevaba Juani que estaba debajo de la autopista en la zona de Bello Horizonte, junto con un potro, por la yegua Gitana el 31 de marzo del año 2002.
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