Pablo Hermoso de Mendoza ejerció de padre en esta corrida de rejones de Las Ventas. No quiso estar por encima de su hijo, y lo consiguió. El lote de toros le ayudó, pero en otros momentos de su carrera se hubiera comido con papas a los dos compañeros del cartel. El primero manejable pero a veces remiso a la embestida y aquí estuvo Mendoza aseado, nada contundente, sin ajustes a veces, y mal con los aceros de muerte. Con el cuarto, noble pero tardo anduvo con oficio y con gran conocimiento de los terrenos. Los caballos (potrancos en realidad) Basajaun e Indico, montados por él estuvieron finos y dieron buena dimensión en la lidia del cuarto.
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Lea Vicens me gustó más en el segundo que en el quinto. El segundo un toro noble y bueno, el mejor del encierro, colaboró con la rejoneadora francesa que con Diluvio puso banderillas soberbias estando el caballo inconmensurable. Con Deseado puso las cortas y aunque no es un caballo estético tiene un muy buena doma. Aquí en este toro Lea estuvo centrada y técnica. Acertada, aunque el rejón de muerte fue defectuoso.
Cortó Lea la oreja del cuarto, en realidad porque el público estuvo muy con ella. El toro que salió con muchos pies fue parado a la grupa (es decir corriendo al toro por delante como siempre se ha hecho con los toros con pies, nada de recortes) magistralmente con la yegua Cleopatra. Con Aladín se esforzó en las banderillas y con Bético tuvo fallos. El toro terminó parándose en tablas.
Guillermo Hermoso con un tercer toro que esperaba y luego arreaba terminando aplomado estuvo aseado y discreto, sin estridencias. Con los aceros de muerte, mal. Con el buen sexto, colaborador, al que con Martincho le puso rejón de castigo al quiebro, insuperable, de una emoción impresionante, y con el caballo Ecuador estuvo muy bien en banderillas. Fue una buena actuación medida y ortodoxa. Cortó una oreja.
Como habrán observado en las fotografías de Mundotorotv tanto el padre como el hijo torearon de SEÑORITOS, iban de corto pero sin zahones, algo de lo que yo creía que huían estos rejoneadores navarros que por lo menos el padre en su carrera siempre quiso distanciarse de las costumbres y aspectos de los señoritos andaluces. Ahora parece que el gusto de enseñorearse (claro tienen pasta y fama) les ha abducido y se visten de corto como si fueran de paseo o a ligar con la novia a la feria, y rechazan salir a la plaza bien vestidos de faena campera porque una faena campera es la de rejonear.
Sé que los tiempos cambian y las formas no importan en este primer cuarto del siglo XXI, pero las formas si importan y la educación también. Por eso tengo que alabar a Lea Vicens que apareció perfectamente vestida de corto y campera. La elegancia natural de esta rejoneadora francesa educada en la casa de los Peralta es envidiable y los jóvenes rejoneadores deberían aprender con ella.
Otra cosa que debo decir es que las monturas mixtas se han impuesto sobre las vaqueras y debo decir que esto es un alivio para el jinete. La protección y seguridad que ofrecen las mixtas está reñida con la montura vaquera que es la montura de los valientes porque en ella solo las piernas y las rodillas sirven para manejar al caballo y no hay protección, luego la monta debe ser más perfecta mientras en las mixtas la monta puede hacerse más violenta, luego, menos elegante y ortodoxa.
Otra cosa. Los sombreros. Los actuales rejoneadores salen con ellos puestos pero a la menor de cambio los tiran al ruedo o se los dan a los mozos de espada como si les estorbaran en sus calientes cabezas. El sombrero hay que llevarlo siempre puesto, este no es como la montera, el sombrero para el rejoneador es pieza clave en el toreo pues te puede hacer un quite en un momento de peligro y además viste elegancia. Los rejoneadores portugueses nunca se destocan porque con ellos puestos además de ser pieza clave en la monta da el equilibrio entre la monta suave y la monta brusca.
Finalmente los bocados portugueses se han impuesto a los bocados vaqueros porque estos son más duros en las bocas de los caballos que los del país vecino, y eso me parece bien en beneficio de los caballos.
Los toros de Fermín Bohórquez bien presentados. El cuarto desmochado más que despuntado. Los mejores el segundo y el sexto.
¡Aquí paz y allí gloria!
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